La isla, icono
turístico del municipio, recibe entre 300 y 400 visitas controladas al día en
verano
Doble protección. La Isla de Benidorm es conocida por su gran valor ecológico y medioambiental. Cuenta con una de las mayores colonias de paíños europeos del Mediterráneo. Y está doblemente protegida: En 2003 fue declarada ZEPA y dos años después se creó el Parque Natural de Serra Gelada, del que forma parte.
Cuenta la leyenda que un gigante llamado Roldán se enamoró
de una bella dama y un día ésta cayó enferma y sólo podía sobrevivir con los
rayos del sol. Roldán, desesperado, golpeó la montaña del Puig Campana dejando
un hueco por el que sol pudiera mostrarse, y el trozo viajó al mar transformado
en lo que hoy conocemos como la Isla de Benidorm. Ahora, esta isla tan
característica está doblemente protegida por la ZEPA (Zona de Especial
Protección para las Aves) desde 2003 y forma parte del parque natural de Serra
Gelada (desde 2005). Además, posee una de las colonias más importantes de
paíños europeos del Mediterráneo.
A parte de los representativos rascacielos de Benidorm, las
vistas de las playas de la ciudad gozan de un elemento fundamental. En las
fotografías y postales de recuerdo siempre aparece en el paisaje la
inconfundible Isla. Una isla conocida por su naturaleza y famosa por su valor
ecológico y medioambiental. En ella, los niños y mayores disfrutan de las
lagartijas, salamanquesas, y gaviotas patiamarillas, entre otros animales.
Pero, sobre todo, posee unas 600 parejas de paíños europeos,
lo que la convierte en una de las mayores colonias del Mediterráneo. Unas aves
marinas de pequeño tamaño que a día de hoy están sufriendo un descenso de
población en el mundo. Pájaros que por sus características, son difíciles de
encontrar por el día.
Especial dedicación
El guarda ambiental del Ayuntamiento de Benidorm, Juanjo Mascarell, explica que hace unos tres años encontraron nidos de cormoranes moñudos. Y que trataron de conseguir lo mismo con la gaviota de Audouin, una especie en peligro de extinción, pero no resultó ser un hábitat idóneo.
El guarda ambiental del Ayuntamiento de Benidorm, Juanjo Mascarell, explica que hace unos tres años encontraron nidos de cormoranes moñudos. Y que trataron de conseguir lo mismo con la gaviota de Audouin, una especie en peligro de extinción, pero no resultó ser un hábitat idóneo.
Desde el punto más alto de la isla se pueden contemplar el
Penyal d'Ifach por un lado, y el Cabo de Cervera por otro. En total, el terreno
mide seis hectáreas y media y 73 metros de alto. La zona está habilitada con
senderos de los que "está totalmente prohibido salir", insiste Juanjo
Mascarell, quién explica que en esta época la isla está pasando por su
particular otoño, despojándose de sus hojas, y aclara que su mejor momento es
en diciembre.
Para visitarla, desde el puerto salen las llamadas
"golondrinas", barcos dedicados especialmente para llevar a los
visitantes a la isla. Cada día pasan entre 300 y 400 visitantes, según fuentes
de la empresa Excursiones Marítimas, encargada de estos barcos que transportan
a los visitantes.
Los cuidados de la superficie son trabajo de la Brigada de
Mantenimiento del Parque Natural de Sierra Helada y de Juanjo Mascarell. La
Isla cuenta con una zona habilitada para el baño y vigilada por un socorrista.
Una superficie rocosa, donde es imposible que los más desorientados claven la
sombrilla de la playa con la que muchos acuden al lugar.
Fuente: DiarioInformacion