Decir quién es el mejor cocinero en España puede generar un amplio debate. Pero cuando hablamos del más televisivo, la cosa no da lugar a demasiadas dudas. Alberto Chicote, con la sensibilidad y mala uva que entremezcla en su programa de LaSexta «Pesadilla en la cocina», se ha convertido en el chef más entrañable de la pequeña pantalla. Por esa razón, la llegada a Benidorm de este «salvador de los fogones perdidos» ya ayer comenzó a levantar expectación. Chicote aterriza hoy y estará en la capital turística durante toda la semana tratando de sacar a flote una marisquería situada en el Paseo de Colón, en la playa de Poniente. El padre de la «cocina fusión» en España analizará los problemas de gestión del restaurante en cuestión, «que a pesar de situarse en una de las mejores zonas de Benidorm, parece que no le va del todo bien», señalan fuentes de Cuatro Cabezas, productora del programa.
También apuntan que los rodajes serán eternos, ya que Chicote quizá tenga que profundizar con el equipo del restaurante en aspectos tan importantes como la confección de una nueva carta, un cambio de nombre e, incluso, podría llegar a contemplar y a efectuar una reforma del local.
Lo que está claro es que lo hará con el desparpajo que le caracteriza, que le llevó a conseguir, en la segunda temporada de este espacio gastronómico, la marca de 2,5 millones de espectadores y un 13% de share. Y, también, que los dueños del negocio benidormense anoche no debieron de dormir muy bien. Y es que el examen de Alberto Chicote no es para menos.