La empresa estructurista advirtió a la dirección que, de
acuerdo con los planos iniciales, no había techo para la instalación Este
modificado de la obra no computa en la volumetría del edificio
La torre «In Tempo» de Benidorm, concebida como el
rascacielos más grande de Europa con 180 metros de altura, ha tenido un
accidentado proceso de construcción desde que en 2006 comenzarán a excavarse
sus cimientos. La obra estará acabada a finales de este año, según asegura el
propietario del inmueble, la promotora Olga Urbana.

En septiembre de 2011, la empresa contratada para
continuar la estructura de la torre, la firma local Kono, descubrió que el
equipo de redactores había olvidado reservar un espacio para ubicar la sala de
máquinas del ascensor.
Según documentación (comunicaciones internas entre la
dirección facultativa de la obra y de la firma Kono) a la que ha tenido acceso
este periódico, la empresa estructurista advirtió a la dirección facultativa de
la obra (el despacho Pérez Guerras) y al supervisor general, impuesto por la
entidad que financió el proyecto, la ausencia de espacio para albergar la sala
de máquinas, de acuerdo a los planos que le habían sido entregados.
La estructurista Kono descubrió esa incidencia durante
sus trabajos de coordinación con la firma encargada de ejecución de los
ascensores. Esta segunda empresa indicó las alturas mínimas que la obra debía
tener desde la última parada, en el forjado número 54, así como las alturas
libres de la sala de máquinas para instalar un ascensor de esas características.
Kono, según aseguran fuentes de la empresa, comprobó que
dichas condiciones no se daban en los planos que le habían entregado y dio
aviso a la Dirección facultativa de la obra y al supervisor de dicha
circunstancia.
El 30 de enero de 2012, Kono recibió los datos a su
petición, que incluían la aparición de un nuevo forjado, el número 56, techo de
la sala de máquinas, y que hacía posible la instalación de los ascensores.
Esta incidencia se aprecia de manera evidente si se
compara la maqueta de promoción de la torre con el estado actual de la obra. En
esta segunda se observa un forjado más (el número 56), donde precisamente se
alzan dos pequeñas casetas para albergar la sala de máquinas de los ascensores.
Este olvido no acarreó mayores problemas para la obra, ya
que el nuevo forjado no computaba para la edificabilidad global inicialmente
autorizada. Por tanto, no se incurría en un supuesto exceso de volumetría que
podría haber derivado en un expediente por infracción urbanística.
Sin embargo, sí causó a la mercantil Kono un grave
perjuicio: el retraso en la finalización de la estructura de las torres y el
aumento de costes, al ejecutar nuevas pantallas y los forjados 56 en ambas
torres.
El coste de este modificado y otros más, igualmente no
contemplados en el proyecto inicial, asciende, según Kono, a un millón de
euros. Kono mantiene que la promotora Olga Urbana rescindió unilateralmente el
contrato el pasado mes de junio sin abonarle esa cantidad. La estructurista
presentará en septiembre una demanda contra la promotora. Olga Urbana asegura
que no tiene ninguna deuda pendiente con Kono.
Fuente: DiarioInformación